lunes, 18 de julio de 2011

El Libro propio.


El detonante de este nacimiento bloguero ha sido la compra de dos libros. En una tienda-kiosko-chuches-souvenirs, de ésas que nos esperan en las áreas de servicio, llenas de objetos repentinamente imprescindibles, de soluciones de última hora, y todo tipo de oferta literaria, topé con una portada en el estante. Al coger ése ejemplar, la portada que había justo detrás, también llamó mi atención, y a pesar de no necesitarlos para nada, me los llevé.
El tema de dichos libros, es lo de menos en este caso: uno sobre Reiki y otro sobre Tai Chi. Y la reputación de los autores o lo amenos que pudieran ser, tampoco fueron significativos para la cuestión que nos ocupa. Pero terminaron de acercar las piezas que llevaban tiempo intentando fraguar en mi interior, y decidí, tal y como me dijeron una vez, escribir mi propio libro. No para los demás, no. Pues no sirve de nada intentar transplantar la experiencia de cada uno. No para enseñar, o compartir, pues es imposible. Pero sí por necesidad personal de reflejar lo que aprendo. Unir y ensamblar ladrillos de conocimiento, de sabiduría. Tomar perspectiva y ver qué figura sale al unir los puntos.

A los demás, se les puede dar a leer. Y poco más. Al menos, en el terreno del crecimiento personal, espiritualidad, etc... aunque por poca que sea la aportación de cualquier manual de autoayuda, de crecimiento, tratado sobre energías, sobre el amor universal, ... el objetivo único asumible es que despierte algo en quien lo lee. Un resorte que despierte el interés, que el lector o lectora reconozca , como si viera su propia imagen en una ráfaga, pasando ante un escaparate, algo de lo que allí se habla. ese instante mágico en que nos preguntamos si realmente estamos dejando pasar algo importante y decisivo.

Tal vez, eso nos lleve algún día a escribir, cerrando ciclos, nuestro propio libro.

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